Continuando con la entrada de este lunes y mis desavenencias con la tarjeta sanitaria Adeslas Básico, la pediatra de mi hija pequeña nos aconseja llevarla a un neumólogo al haber sufrido dos neumonías tan seguidas. El único neumólogo infantil que estaba a mi disposición como cliente de Adeslas Básico estaba en el Hospital Universitario Quirón, situado al lado de la Ciudad de la Imagen de Madrid y a más de 100 km. de mi casa. Con la salud de los hijos no se juega y a pesar de no estar solucionado mis problemas con la tarjeta pensé que tenía que seguir los consejos de la pediatra y tener la opinión de una especialista.
Solicité la cita en el Hospital Quirón y el día indicado fuimos con la pequeña a la consulta. No os puedo negar que al ir surguieron las dudas de que la tarjeta pasara y volver a pasar una situación tensa, aunque después de cuatro veces en la consulta de la pediatra ya me había acostumbrado a ello y a facilitar las explicaciones pertinentes. Al ir acercándome al mostrador la tensión se debía notar en mi gesto pero finalmente la tarjeta no dio ningún problema. La neumóloga infantil nos atendió sin problemas y alargó el tratamiento antibiótico que la niña había comenzado 14 días atrás. Además la solicitó una radiografía a hacer antes de la siguiente consulta. Nos aconsejó hacerla en el propio hospital ya que contaban con «grandes profesionales», según ella.
Al mes de la primera consulta, y después de que la enana tuviera una faringitis y una otitis tratada con antibióticos, fuimos una hora antes de la cita para hacerla la radiografía. De seguido fuimos a consulta y después de esperar un rato, entramos. La neumóloga infantil nos dijo que seguía habiendo una pequeña mancha en los pulmones y después de salir del despacho en dos ocasiones para consultarlo con el jefe del servicio de neumología nos comentó que podía ser «simplemente una bola de mocos o tratarse de un objeto extraño». Eso de objeto extraño he de reconocer que me inquietó bastante ya que la variedad de objetos que pueden identificarse con ese adjetivo puede ser algo comestible o no tan comestible con lo que se haya atragantado o sencillamente un tumor. Esto último lo deduje al informarme sobre la prueba que mandó a mi hija para el siguiente viernes, tres días después de la consulta, y que también deduje como urgente.
Vamos a hacerla una broncoscopia
Como todos los padres a pesar de repetirnos en dos ocasiones que no debíamos preocuparnos por esta prueba pasamos tres días dándole vueltas a la dichosa broncoscopia que tenían que hacer a nuestra hija. Como consejo os puedo recomendar que nunca busquéis en internet porque muchas veces hay detalles obviados por el médico que hacen que pensar. Llamamos a Adeslas sabiendo ya de antemano que iba a ser complicado una autorización y tampoco hubo sorpresa. Al tratarse de una cirugía quirúrgica no entraba en las prestaciones de nuestro Adeslas Básico. A pesar de ello llamamos a la Hospital Quirón para conocer el coste de la prueba y nos informan que tiene un coste de 290 euros. Mi mujer y yo estamos dispuestos a sufragar el coste de la prueba ya que con la salud de los hijos no se juega.
Sin apenas haber dormido, mi hija de 20 meses por aquel entonces durmió a pierna suelta ignorante de la prueba a la que se enfrentaba, nos trasladamos algo más de 100 km. hasta el Hospital Quirón. Allí nos dirigimos al hospital de día donde nos habían citado a las 8.30 de la mañana. La persona que estaba en recepción me solicita la tarjeta sanitaria (la del seguro privado) de mi hija y yo la contesto que vamos a sufragar nosotros mismos la prueba. Su cara reflejaba una clara perplejidad ante lo dicho. Nos dice que nos sentemos que ahora nos informa. Sin querer adornar más la situación nos exigen un abono previo de ¡2.400 euros! para la realización de la broncoscopia argumentando que hay que sufragar el coste del box, del quirófano, del anestesista, del médico y enfermera, así como de la habitación del hospital del día que quedaría reservada por si fuera necesario. Argumentamos que por teléfono nos habían informado de otro coste y la persona se rasga las vestiduras sobre esa información y pidiéndonos perdón infinidad de veces y que entienden que estemos enfadados.
Este hecho nos hace reflexionar sobre la necesidad de una segunda opinión, quizás con las prisas no nos permitieron pensar en ello y consideramos que hay que ir al neumólogo pediátrico de la Seguridad Social. Ese mismo día voy a la doctora de mi pueble para solicitar un volante para el neumólogo. Esa misma tarde nos dan cita para el 15 de octubre.
Al martes siguiente por la tarde, cuando la neumóloga infantil de la Quirón tiene la consulta, recibo una llamada suya. Le han informado que finalmente no podíamos hacer la prueba porque no lo cubría nuestro seguro y me propone hacerle una TAC Pulmonar previo para ver si es necesario realizar la brocoscopia. Si finalmente hubiera que hacerle la prueba me comenta que ya vería como poder hacerlo en el hospital público donde ella ejerce. Me parece bien y me deja en la secretaría de su unidad el volante para autorizar la prueba. Dentro de todo el tormento que llevábamos hasta este momento, esta llamada me proporcionó el confort que unos padres necesitan en esos momentos. Me pareció un gran gesto, que alivió mi malestar por la experiencia recientemente vivida.
Vuelven los problemas con Adeslas
Para un profano en medicina, a pesar de ser nieto de dos médicos, un TAC Pulmonar no deja de ser como una radiografía en 3D. A mi me hicieron una del corazón y no es nada del otro mundo. El 31 de julio ya habíamos tomado la decisión de pasar a nuestras hijas al servicio Adeslas Plena para que tuvieran toda la cobertura. Viendo que este asunto neumológico de mi hija pequeña podía dilatarse en el tiempo pensamos que merecia la pena el esfuerzo y siendo consecuente con la frase que da nombre a esta entrada «Con la salud de los hijos no se juega». Alguno se preguntará ¿Por qué seguir con Adeslas después de las malas experiencias anteriormente vividas? Pues simple y llanamente por los periodos de carencia que las compañías de seguros de salud han impuesto a sus clientes. Mis hijas han estado aseguradas con Adeslas desde que nacieron y si me iba a otra compañía tendría que esperar entre tres y seis meses para cualquier prueba.
La prueba la solicité para el 2 de agosto, que además de ser el santo de mi madre era el siguiente viernes a la llamada que había tenido con la doctora. Pues resulta que cuando el primer día del mes de agosto solicito la autorización para el TAC me dicen que mi hija no tiene la póliza activada y que por lo tanto no podían darme la autorización. Entonces solicito que se autorice como usuaria del Adeslas Básico (con un sobrecoste de 70 euros) a lo que me contesta la operadora que esa tarjeta ya está dado de baja. En definitiva mi hija hasta el lunes 5 de agosto estuvo sin asegurar pero yo si he pagado la cuota por estos días. Todavía estoy esperando la llamada por esta reclamación pero como las cuatro anteriores supongo que nunca la tendré. Finalmente tuve que cancelar por primera vez la prueba.
Me gustaría decir que esta historia tuvo su desenlace feliz pero me parece que mañana os contaré lo que queda de una historia de la que todavía no se ha escrito su final. Mañana a partir de las 9 horas tendréis la continuación en el siguiente enlace http://wp.me/p3oEhD-o8