Es así. Llevo más de 13 años lanzando campañas de marketing que “generan necesidad”. Y os aseguro que el marketing del miedo vende, y vende mucho más que la paz, la tranquilidad y el mindfulness.
Cuando se trata de despertar necesidad y generar interés en nuestros clientes, el miedo es el rey.
He testado miles, millones (diría siendo algo exagerada) de copys, imágenes, creatividades, tipografías y colores…y siempre, el que te triplica los resultados es el que incluye el factor MIEDO.
No debemos olvidar que los departamentos de marketing de negocio nos dedicamos a eso. A generar leads que se conviertan en clientes y que nuestros KPIs no son el awareness, el alcance o el volumen de impresiones, que nuestros KPIs son las ventas y el coste por cliente/venta.
Por eso, si has llegado hasta aquí,
¿Por qué no pruebas con el marketing del miedo?
Nadie habla claro en cuanto a lo que significa lanzar una campaña de miedo. Es políticamente incorrecto decir que tal empresa le funciona el “te van a robar” o que “cuando seas viejo no tendrás pensión” o que “mañana se te puede inundar la casa”, pero es así. Sin embargo, cuando transformas estos mensajes en tranquilidad “disfruta de tu negocio”, “jubilaciones felices” o “tu casa en las mejores manos” no convierten ni la décima parte que las primeras, las que apelan al miedo, a la urgencia y la necesidad de que a ti no te pase lo mismo.
Para ello, hay varias técnicas y consejos que (desde lo políticamente incorrecto) me gustaría compartir;
- Habla del problema y también de la solución. Si solo hablamos (por ejemplo) de “te van a robar” solo cabreamos y provocamos rechazo. Sin embargo, explica el problema y dales la solución “Con la Alarma de XXX tu negocio estará protegido frente al robo” apelando al miedo y ¡voilá! aquí estamos nosotros para darte la solución.
- El rojo. El rojo es un color que indica urgencia, inmediatez, llamada a la acción. Utiliza (siempre que tu guía de estilo lo permita) las tonalidades rojas en lugar de irte por el lado de la calma y la tranquilidad (grises, azules o verdes).
- La tipografía. La tipografía puede parecer un detalle menor…pero una tipografía seria, recta, tipo máquina de escribir, hace que enfoquemos y prestemos mucha más atención que si nos encontramos un mailing con tipografía redonda, amplía y clara. Piénsalo, ¿te has fijado en la tipografía de las multas o los requerimientos oficiales? Son así por algo.
- Imágenes. Si quieres que tu campaña venda, olvídate de los perros, los niños y las familias con amplias sonrisas disfrutando de la vida, la jubilación o la protección de su seguro. Es cierto que estas imágenes en la mente del consumidor generan «buen rollismo» que finalmente impacta en los valores de tu marca, pero ¿Quieres vender? Impacta a tus clientes con imágenes de personas preocupadas, asustadas o con el problema que estás dispuesto a solucionarles.
- Aunque las ofertas no solo tienen que ver con esta temática, también es posible incorporar una píldora de «miedito» en ellas. Cuanto más limitada sea tu oferta, más sensación de urgencia y de “miedo” a quedarte sin ella, por ejemplo:
“La lectura de este post solo estará disponible hasta mañana a las 12 am, compártelo ahora”
- El formato. El formato con el que llegas a tus clientes es importante. Ya sea en marketing digital (adwords, Facebook ads, emailing) o en físico (mailings, DTD, vallas o dípticos). Utiliza cada formato para generar esa sensación de urgencia, de miedo a perderlo, de necesidad ipsofacta de llamar de informarte y de finalmente contratar.
Y ahora solo te queda ponerlo en práctica.
Sé que será un artículo comprometido, por eso lo escribo. Porque aún no he encontrado un post donde alguien te hable tan claro de qué hacer para que tus campañas sean más rentables. Es duro sí, yo tardé mucho, mucho tiempo en adaptarme…y aún a veces me cuesta…pero después de currar para aseguradoras, fundaciones, empresas de seguridad y bancos, creedme cuando os digo que el MIEDO vende.
Aunque no sea lo que mejor suena pero es la pura realidad. Me gusta mucho. Además es directo y grano. Lo breve y bueno, dos veces bueno… Enhorabuena!