Hace unas semanas estuve comiendo con una antigua colega de mi época de Deloitte. Ella trabajaba, y lo sigue haciendo, en un proveedor de productos publicitarios llamado MuchMore. Es cierto que durante mi época como responsable del área de merchandising no les hicimos grandes pedidos, pero siempre he tenido muy buen recuerdo de ellos. Cuando Linda venía a hacernos una visita siempre nos proponía productos novedosos y todos ellos bien pensados para nosotros. Casi siempre tenían un índole tecnológico.
La comida se nos pasó volando recordando viejos tiempo y poniéndonos al día. Da gusto ver como la gente y las empresas han ido prosperando, sobre todo en estos años que hemos tenido que vivir todos. Yo soy de los que pienso que esa es la recompensa por un trabajo hecho. Y como no podía ser de otra manera, al tomar café me sorprendió con un producto que habían desarrollado y que me pareció muy interesante. Me pareció tan bueno que la dije que le dedicaría un post. Para ver el producto solo tenéis que ver el vídeo casero de apenas 1 minuto que he grabado.
https://www.youtube.com/watch?v=NuRmJRH153U
De hecho, el producto me trasladó a mi primer año en Deloitte. Todavía recuerdo que en aquella época estuvimos preparando una propuesta de auditoría para un cliente muy importante y como siempre queríamos sorprender al cliente con algo impactante tanto por el contenido como por el formato para presentarla, se nos ocurrió empezar a introducir material audiovidual en la propuesta con un video resumen de la misma. Estuve buscando durante dos meses el reproductor MP4 que mejor se adaptara a nuestras necesidades. Al final escogimos un reproductor de la marca Energy System y el resultado de la propuesta en su conjunto fue espectacular.
En aquella época, hace casi 10 años, estuve buscando desarrollar la posibilidad que hace unas semanas me mostró Linda de MuchMore. No era otra cosa que una pantalla que, al abrir la propuesta, empezara a reproducir un vídeo. No conseguimos encontrarla y tuvimos que conformarnos con poner el reproductor MP4 en una isleta a su medida dentro de la caja y junto a él unas instrucciones básicas para poder ver su contenido. Es cierto que nos lo «currábamos» un montón y que en estos detalles el cliente podía tangibilizar el servicio que eras capaz de ofrecerle si ganabas la propuesta. Yo creo que la mayoría de las veces lo conseguíamos, pero el problema es que era para un grupo muy selectivo de clientes.
Pequeños detalles que te mantienen en el recuerdo
Todavía recuerdo con bastante cariño aquella época ayudando a una gran profesional como Maricarmen Rodríguez Álvarez a gestionar el merchandising de una firma como Deloitte. Si supierais las cifras que manejábamos os asustaríais, la verdad ¡Lo que nos costó librarnos de las más de 500 unidades de cuatro modelos diferentes de maletas que no sé quién se empeñó en hacer! Pero también emprendíamos proyectos muy chulos como una moleskine propia, palos de golf personalizados, una taza alemana en la que aparecía el logotipo cuando se calentaba, infinidad de modelos de corbatas y un largo etcétera.
Y es que al final tenemos que pensar en el objetivo que persigue un producto de merchandising de una empresa. Lo fundamental es que vuelva a despertar en la memoria del interesado el momento que vivió con nosotros, ya sea en una reunión o en un evento, o en el nombre de la persona que se lo regaló. Un caramelo dura lo que dura, pero una memoría USB puede ser la elegida por nuestro cliente para llevar sus trabajos a cualquier parte. Nuestro producto «estrella», si es que se puede decir, era una especie de rotulador que usábamos en todos nuestros eventos. Cada dos por tres estábamos dando los datos de nuestro proveedor y hemos llegado a verlo en la televisión en más de una ocasión.
Pero ¿los regalos corporativos pueden provocar toda una experiencia?
Como hemos podido ver con el catálogo multimedia de MuchMore, está claro que podemos aportar mucho valor en nuestros regalos corporativos. De hecho, es algo así como un elemento comercial que puede llegar a contener un catálogo de productos o la memoria de actividades de mi empresa. Aunque al final si es cierto que nuestro cliente lo pueden llegar a considerar un detalle que tenemos con él ya que no todos nuestros clientes tendrán entre sus manos tal dispendio.
Y después de todo esto, no podía deja de recordar uno de los últimos proyectos que intenté en mi estancia de seis años y medio en Deloitte, y que es la imagen que he utilizado para este artículo. La verdad es que no recuerdo cómo surgió la idea de hacer un juego para Deloitte, aunque seguramente fue sugerencia de mis amigos de Edigráfica Games. En algún momento estuve divagando con ellos acerca de determinados detalles del juego pero la grandeza de este juego se debe 100% a ellos.
No os preocupéis porque no os voy a martirizar con la descripción detallada del juego. Si alguien está interesado en él que me escriba y le paso el contacto de mis amigos de Edigráfica. Pero sí que hay un detalle que me gustaría destacar. El juego está basado en el mundo de los negocios, ámbito donde Deloitte desarrolla su actividad. Este es un punto que considero clave, ya que si el juego hubiera sido de otro tipo, no tendría el mismo impacto en nuestro cliente. Sin lugar a duda la segunda clave, que emana de la primera, es utilizar el mundo de los negocios en forma de juego para sacar a Deloitte del ámbito profesional e introducirlo en un entorno mucho más amable y amigable.
Tengo que reconocer que una de las situaciones que más se repetían en mi cabeza cuando pensaba en el juego era que un cliente llegara a casa, quizá después de discutir con nosotros, y su hijo fuera a darle un beso de bienvenida y le pidiera jugar al juego de Deloitte antes de cenar. Sé que es una situación idílica, pero quizá no muy alejada de la realidad si omitimos ciertos detalles. Lo que está claro es que nuestra relación con el cliente traspasaría la barrera de lo estrictamente profesional para adentrarse en la vida personal y eso tendría sus efectos en su experiencia de cliente a partir de ese momento.
¿Qué pasó con esta idea? Pues a pesar del éxito que significó que el tema fuera debatido en el Comité Ejecutivo de la empresa, fue desestimado porque no querían que su marca se viera asociada a un juego. Algo más que curioso con el devenir de los acontecimientos posteriores.
Y como las oportunidades no pasan dos veces, esta gran idea fue comprada por el Ayuntamiento de Astillero para apoyar a su iniciativa Astillero Emprende.
Cuando una empresa trabaja en aras de satisfacer al cliente, debe tener claro que su camino en el éxito, no hay otra forma de ser grande que aplicando técnicas y estrategias para mantener afinidad y fidelidad del cliente.
Saludos
Totalmente de acuerdo contigo.